martes, 13 de agosto de 2013

CÁSATE Y SÉ SUMISA. EL LIBRO DE CONSTANZA MIRIANO

Reproducimos aquí la interesante entrevista realizada por el semanal Misión a la autora del libro Cásate y sé sumisa.

"La controvertida frase de san Pablo a los Efesios, “Esposas, estad sujetas a vuestros maridos”,  fue la inspiración de un best-seller italiano en el 2011: Sposati e sii sottomessa: Pratica estrema  per donne senza paura : Cásate y se sumisa: experienca radical para mujeres sin miedo. Costanza Miriano, su autora, está convencida de que muchos conflictos matrimoniales podrían resolverse si la mujer entiende su verdadero talento como esposa y madre: la sumisión del servicio. Los ejemplares de su libro pasan de mano en mano entre muchas italianas.
¿Qué inspiró su libro?
Fue una casualidad. Pasaba muchas horas en el teléfono, intentando convencer a una amiga de que se casara. Cuando le conté la historia de mi amiga a un colega, le expliqué que las expectativas de mi amiga sobre el matrimonio eran irreales; en muchos aspectos, era el novio quien tenía la razón. Veía que ellos podían ser felices juntos, pero no se decidían a comenzar esa felicidad por culpa de las ideas erradas que hoy tenemos sobre el amor y el matrimonio. Le dije también que la mujer tiene que ser capaz de mediar, de unir, en vez de dividir. A él le llamaron la atención mis ideas y me puso en contacto con la editorial.
¿Por qué cuesta hoy ese rol de unir?
La mujer ha luchado tanto por la emancipación que, de paso, ha perdido un poco su identidad profunda, ese ‘genio femenino’, como lo llamaba Wojtyla en la encíclica Mulieris dignitatem.
hablar de ser ‘sumisas’ es muy osado. 
¿Por qué eligió esta palabra?
Yo no la elegí. Lo tomé de la carta de san  Pablo a los Efesios. Parece una palabra  ofensiva para nosotras, las mujeres de  hoy, que no queremos renunciar a la  lógica del poder. Sin embargo, la sumisión indica otra lógica: la del servicio  recíproco, que es el servicio al que está  llamada la mujer.
Entonces, ¿el hombre domina?
El hombre está llamado a servir de una  manera diferente: debe estar “listo a  morir por su esposa, como Cristo murió
por la Iglesia”. Su papel no es más fácil  que el nuestro.
¿Qué significa ser sumisas?
San Pablo nos recuerda que a las mujeres nos gusta controlarlo todo, decir la  última palabra, manipular por detrás.
Ser sumisas significa, literalmente,  estar por debajo para ser el apoyo de  todos los miembros de la familia, para
acompañar a los más débiles. Es una  cualidad propiamente femenina, a pesar  de lo que diga la revolución feminista.
¿Puede ser feliz una mujer sumisa?
Es nuestro verdadero talento. Podemos  trabajar y tener mucho más éxito, pero  lo que mejor sabemos hacer, y lo que  responde a los deseos más profundos  de nuestro corazón, es esa capacidad  de servir y unir a las personas. El amor  de la mujer es más altruista y lleva al  hombre a “salir” de sí, mientras que la  mujer recibe (la relación física es una  representación de lo espiritual). Los
hombres y las mujeres necesitan recuperar esos talentos específicos pues se  complementan entre sí.
¿Cómo es una buena esposa?
Una buena esposa sabe acoger con dulzura y paciencia. Mira a su marido desde  un punto de vista positivo y acepta como  bueno lo que viene de él. Pospone la  confrontación: controla sus emociones  y espera. Y nunca, jamás, contradice al  padre delante de los hijos.
¿Se puede aprender a ser así?
Tenemos un modelo: la Señora de la  Medalla Milagrosa, con las manos y  los brazos abiertos para recibir lo que le  llega. Y debajo de sus pies, la serpiente  –que es nuestra lengua– siempre dispuesta a criticar, a ver lo malo, a hacer  hincapié en lo que falta.
¿Qué le aconsejaría a una joven para 
tener un matrimonio más pleno?
Muchas jóvenes están decepcionadas  porque hoy tenemos muchas exigencias del matrimonio. Anteriormente, el  matrimonio era un medio para encontrar una casa; ahora queremos ser  felices. Esto es razonable, pero debemos aceptar nuestras limitaciones y las
del otro. El amor no es un sentimiento,  es una decisión. Nos adherimos libremente, con toda nuestra voluntad, a  elegir a una persona de por vida. Habrá  momentos aburridos, pero tenemos  que entrenar los ojos para descubrir  la belleza inimaginable de la vida cotidiana. Quien salta de una historia a otra  y no tiene el coraje de subir las cuestas,  no puede ni soñar lo que es posible.
¿Cuál es el principal reto que presenta 
el matrimonio en la actualidad?
Dios ha desaparecido del horizonte y sin  Dios, es imposible pensar en algo que sea  para siempre. Anteriormente primaban  las tradiciones y la gente se mantenía  firme. Hoy, la idea de ser infiel, de seguir  nuestros instintos, es el aire que respiramos. Hay como una conspiración en  contra de la familia y solo la Iglesia da  la batalla cultural por nosotros.
¿Qué cambio está provocando su libro 
entre las mujeres italianas?
He recibido cartas de mujeres que  dicen que les ayudó a cambiar su vida  matrimonial. Muchas me agradecen  porque han aprendido a querer mejor  a sus maridos; algunas han decidido  casarse; otras, han superado una crisis;  y muchas católicas dicen que ciertas  cosas no se escuchan ya en círculos  religiosos, mientras que mi visión, la  de San Pablo, es la que responde a los  deseos profundos de sus corazones.
¿Está preparando otro libro?
Sí, estoy analizando la siguiente frase  de san Pablo a los Efesios: “Maridos,  estad dispuesto a morir por vuestras
esposas…”. Si la mujer tiende a controlarlo todo, el hombre tiende al egoísmo.  Por eso su llamada es la del heroísmo.  El próximo libro es para ellos."

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